Cómo convertirse en un mejor facilitador
¿Cómo aprendió Martin Thompson, fundador de MTa Learning, a facilitar de manera efectiva?
Sigue leyendo para descubrirlo, mientras Martin comparte sus reflexiones sobre la mejor manera de desarrollar habilidades de facilitación…
Si quieres mejorar tus habilidades como facilitador, es una buena idea comenzar respondiendo estas preguntas:
¿Qué cualidades debes tener para convertirte en un mejor facilitador?
¿Qué necesitas saber?
¿Qué necesitas ser capaz de hacer?
¿Qué tipo de experiencia deberías tener?
¿Cuáles serán tus recompensas?
Facilitar el aprendizaje
Todas estas son preguntas importantes, pero preguntas que yo no me planteé de forma consciente cuando comencé a desarrollar mis habilidades personales de facilitación.
Todo cambió para mí cuando tuve que empezar a formar a otros como facilitadores: debía ser capaz de responder a esas preguntas y, desde un punto de vista personal, debía entender qué era lo que me permitía facilitar el aprendizaje. Ya se me reconocía ampliamente como muy competente, pero… ¿cómo lo lograba?
Un proceso informal
Para averiguarlo, reflexioné sobre cómo había aprendido a facilitar. Mi aprendizaje fue un proceso informal que no implicó un programa de formación estructurado, talleres ni lecturas extensas.
Pero sí incluyó mucho “sentarse con Nellie” (observar a otros), prueba y error (y, lo más importante, algunos éxitos) y reflexión.
Al mirar atrás, es evidente que el proceso fue mucho más complejo de lo que parecía a simple vista.
Potencial de aprendizaje
Casi todas las sesiones que facilité durante mis primeros 20 años fueron en pareja: dos cofacilitadores trabajando juntos con un grupo típico de 8 a 12 personas.
Trabajé con cofacilitadores con antecedentes, actitudes, enfoques, experiencias y habilidades muy diversos, lo que generaba un potencial de aprendizaje enorme.
¿Qué ganaba yo?
Los beneficios clave para mí (además de lo que obtenían los participantes) fueron:
Siempre tenía un “amigo” en la sala que observaba desde una perspectiva diferente.
Mi cofacilitador podía animar en silencio o intervenir en situaciones complicadas.
Podíamos comentar y analizar avances, problemas, opciones, incidentes, personas y planes en cada pausa.
Podía observar las acciones de mi cofacilitador y las respuestas que generaban, manteniéndome como observador pasivo o participando según fuera necesario.
Podíamos realizar revisiones exhaustivas de nuestro desempeño después de cada evento y monitorear nuestro progreso en los siguientes.
La diversidad de aportaciones de diferentes cofacilitadores enriquecía tanto los talleres como nuestras conversaciones 1:1.
Dar y recibir retroalimentación personal, abierta y honesta era parte del trabajo diario.
Aprendizaje experiencial
En resumen, aprendí a facilitar a través de un aprendizaje experiencial extenso e intensivo. Mi conclusión es que el aprendizaje experiencial es una excelente manera de aprender a facilitar.
Entonces, ¿cómo puedo ser un facilitador más efectivo?
Busca oportunidades para facilitar junto a un cofacilitador y utilicen mutuamente sus experiencias como fuente de aprendizaje.
Si no puedes trabajar con un cofacilitador, busca a alguien dispuesto a ser abierto y honesto que pueda observarte y luego conversar contigo sobre tu facilitación, actuando como caja de resonancia.
Si tampoco puedes hacer esto, graba tu desempeño en video y revísalo de manera crítica, idealmente con alguien que pueda ayudarte a desarrollar tu comprensión.
Martin Thompson
Para más consejos sobre facilitación, lee el resto de nuestra serie de artículos de la guía de expertos. Y si tienes más preguntas sobre facilitación o aprendizaje experiencial, ponte en contacto con nosotros: siempre estaremos encantados de conversar.
Grupo de facilitadores certificados sosteniendo orgullosamente sus diplomas del programa MTa Masterclass.