Esquilar ovejas y facilitar el aprendizaje experiencial son parecidos. ¿Por qué?

Hace poco pasé un par de días trabajando en un cobertizo de esquila, como ayudante y no como esquilador, cabe aclarar. A primera vista, el contraste entre esquilar ovejas y mi trabajo diario de facilitar el aprendizaje no podría ser mayor.

Observaba fascinado cómo los esquiladores entraban al corral, agarraban una oveja, la volteaban de espaldas y la arrastraban hasta su puesto de trabajo. La mantenían sujeta mientras, en apenas dos minutos, le quitaban el vellón, para luego empujarla hacia la salida, donde empezaba a pastar antes de que el esquilador ya hubiera atrapado a su siguiente “clienta”.

Pero yo no estaba allí para mirar, estaba allí para trabajar. En cuanto el vellón empezaba a caer, tenía que retirarlo rápidamente del paso de los esquiladores, separar la lana sucia de la limpia, la de las patas y la cabeza del vellón principal, y colocar todo en las pilas correspondientes para su embalaje.

Mientras tanto, el granjero mantenía el flujo constante de ovejas para esquilar, me ayudaba a mantener los puestos de trabajo limpios de lana y operaba la prensa para embalar. Su esposa nos preparaba té, sándwiches y pasteles cada hora, y almuerzo al mediodía (perdón por los roles de género tradicionales, pero así fue). Durante las pausas, el granjero y el esquilador comentaban el progreso: números, calidad de la esquila, estado de las ovejas y sus vellones, etc.


¿Y las similitudes entre esquilar y facilitar?

Si asumimos que las ovejas y los participantes son los clientes, los enfoques del esquilador y del facilitador son casi diametralmente opuestos.

Sin embargo, si comparamos la relación cliente-proveedor entre el granjero y el esquilador, y la del facilitador con el gerente de línea o de RR. HH., la respuesta es muy distinta.


Antes de la esquila

El granjero daba una visión general de sus necesidades. Decidía qué ovejas quería esquilar, cuándo y con qué precisión. Acordaba sus necesidades con el esquilador, y este a su vez explicaba lo que necesitaba del granjero para hacer el trabajo: puestos de trabajo, apoyo durante la jornada, estado de las ovejas (vellones secos, sin alimentar durante 24 horas, etc.).


Durante la esquila

El granjero no daba más instrucciones. Delegaba por completo el trabajo al esquilador, haciendo todo lo posible para satisfacer sus necesidades, aunque sí revisaba entre sesiones para asegurarse de que todo estuviera bien y expresar inquietudes (por ejemplo, demasiadas ovejas con pequeños cortes en la piel).


Al final del día

El esquilador comprobaba con el granjero que estuviera satisfecho con el trabajo realizado, acordaba cuántas ovejas se habían esquilado (para fines de pago) y cuándo se esquilarían las restantes.


En otras palabras, los elementos básicos y los cambios de rol que se producen en la relación entre el facilitador y el gerente de línea o de RR. HH. se reflejan perfectamente en el cobertizo de esquila:

  • Establecer y acordar las necesidades del cliente.

  • Asegurar que el cliente (gerente) sepa el papel que deberá desempeñar para que puedas ofrecer el servicio que requiere.

  • Revisar el progreso y acordar las acciones futuras.


Grupo de facilitadores certificados sosteniendo orgullosamente sus diplomas del programa MTa Masterclass.