Planificación: ¿la clave para una facilitación efectiva o una receta para el desastre?

La lección de las 5 P, “La mala planificación proporciona un desempeño deficiente” a menudo resuena en las salas de capacitación. No es de extrañar que la importancia de una planificación efectiva pase a primer plano, pero como facilitadores del aprendizaje, ¿deberíamos también construir y seguir planes?

En otra parte de mi blog, he enfatizado que los facilitadores deben comprender los objetivos de los individuos y los grupos y que su función, como facilitadores del aprendizaje, es responder y satisfacer los necesidades emergentes de un grupo.

La palabra crítica aquí es ’emergente’. Un facilitador no puede predecir o descubrir exactamente lo que será apropiado que cada individuo aprenda antes de reunirse con ellos. Por supuesto, puede predecir que un taller sobre habilidades de equipo cubrirá aspectos de la comunicación, pero no sabrá qué aspectos serán más relevantes o por qué algunas personas pueden o no comunicarse de manera efectiva. Facilitar el aprendizaje experiencial es, por definición, un viaje a lo desconocido.

Entonces, ¿dónde deja esto a la planificación?
La respuesta es que, como facilitador, debe estar mental y prácticamente preparado para todas las situaciones, probables e improbables. Antes de intervenir, debe comprender y tener claro por qué necesita hacerlo. Necesita saber y sentirse cómodo con el “panorama general”; primero los objetivos del gerente de línea y cualquier restricción organizacional. Esta preparación es fundamental, crea un marco de referencia al que puede consultar mientras facilita. Sigue haciéndote la pregunta “¿Esto nos está ayudando a lograr nuestro objetivo?”
Preparar el contenido de un taller es un asunto totalmente diferente. Su función será permitir el aprendizaje de individuos y grupos, lo que significa que tendrá que estar constantemente identificando y encontrando formas de satisfacer las necesidades de aprendizaje. Tan pronto como los participantes comiencen la primera actividad, debe recopilar datos con una mente abierta y utilizarlos para ayudarlo a decidir qué hará y cómo reaccionará. Por definición, por lo tanto, no puede planificar los detalles de un taller, pero puede prepararse y estar preparado para una variedad de situaciones probables y también estar mentalmente preparado para trabajar con lo totalmente inesperado.

No planees, prepárate
La planificación detallada para el aprendizaje experiencial es completamente inapropiada, ¡pero es esencial una preparación minuciosa!

  • Post script:
    Dos ejemplos personales pueden ser de interés:

1. Mientras conversaba con un grupo mientras tomaba una taza de café al comienzo de un taller de desarrollo de equipos de 3 días, se hizo evidente que el grupo era tan disfuncional que tuve que reemplazar mi primera actividad planificada con una que ni siquiera había considerado. sería apropiado, y como consecuencia todo cambió!
2. Decidí usar una actividad de 10 minutos para presentar un taller de 2 días con un equipo de alto nivel. ¡La actividad tocó tantos nervios que la revisión del aprendizaje tomó toda la mañana!
Y los resultados, ambas intervenciones recibieron excelentes comentarios y, lo que es más, ¡ambas fueron mucho más interesantes y divertidas de lo que esperaba!